Los aromas actúan sobre nuestro sistema nervioso, nos hacen recordar sucesos o acontecimientos asociados a ese perfume u olor, inclusive estimulan las distintas funciones del organismo a nivel sensorial y extrasensorial. La esencia de pino, cuando flota en el espacio de un pequeño apartamento nos puede llevar a recordar la naturaleza, lo natural, esto nos puede ayudar a relajarnos y a dirigir nuestra energía por el camino correcto. Una esencia de mirra al llenar el aire, nos recuerda y nos conduce a lugares místicos.
Las velas con aceites esenciales también pueden influenciar en el ambiente y las personas. Las velas perfumadas al arder propagan su fragancia rápidamente en el ambiente, llenando de su aroma todo el lugar donde se encuentran, para crear una atmósfera placentera de tranquilidad, y el que llega a ese lugar inmediatamente sentirá una sensación de agrado.
Las velas aromáticas además de ser fuentes de placer, ayudan a mejorar la calidad de vida creando ambientes especiales, Mezclar los beneficios de la luz y el aroma puede ser un camino de conexión con lo natural y lo divino obteniendo de esta experiencia un resultado muy positivo para quienes lo usen.
Por ejemplo:
Velas con aroma a lavanda: Aroma refrescante que fortalece el sistema nervioso, disipa miedos y minimiza la ira, reduce las preocupaciones, la melancolía y el estrés, vence el insomnio.
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